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viernes, 23 de octubre de 2015

Contable



Contable

¿Acaso te hablé alguna vez de hacer catálogos de sueños?
De contar esas gotas de lluvia que resbalan por el invierno.
De hacer concienzudo censo de fe y de esperanzas vanas
De inventariar las manzanas que vienen con agujeros.

¿Acaso nunca te dije de cotizar los empeños?
De calcular esas horas que van sin salario neto
De hacer suma en los escuetos poemas que hablan de ti
Restar los que hablan de mi, y dividir nuestros besos.

¿Acaso nunca te hablé de jugar a contar las horas?
Los minutos, lo segundos, los años que hay en el mundo
Las eras y los eones que tarda en abrir una flor
De mensurar los suspiros que hay en el sueño profundo

¿Acaso nunca te dije de hacer cuentas delirantes?
De facturar los desplantes, de anotar lo que se olvida
Y jugar a las escondidas con todos por el camino
Fraccionarios, racionales, naturales y números primos.


sábado, 17 de octubre de 2015

Hechizo


¿Sabias que Lenin era de Iquitos ?
Cuando se pone nervioso tartamudea en francés, va detrás de todas las chicas.
De vez en cuando me pide que le traduzca su locura al inglés.
A la primera cerveza sus ojos brillan, a la segunda comienza a torear el horizonte en busca de palomas, a la tercera se va detrás de una. Sueca, una italiana o una inglesa. A la cuarta se da cuenta de que todas están enamoradas de el, después de la quinta pierdo la cuenta y me escapo sigiloso por un costado de su delirio.
Así es Lenin Quispe, entre inocente y despistado, entre la selva y la estepa.
Llegó a París desde las Antillas sin pasar por Lima. Algunas veces me cambia el nombre y me vuelvo. « ey chile…chile »
Me persigue para que le haga de escudero en sus imposibles conquistas mientras yo me escapo a toda prisa cual Sancho panza hacia si ínsula.
Ahí va Lenin como un pescador condenado a tirar la red una y otra vez esperando su pesca milagrosa.
Seguramente se perderá al final de la noche por el barrio de “Belle ville “ para terminar enamorando a una magdalena asiática por treinta denarios.
Así es Lenin Quispe, camina por el mundo victima de algún hechizo que le lanzara alguna sirena durante su desembarco en el caribe, entre Guadalupe y Martinica.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Fragor de batalla



Yo estaba de cara al mundo oyendo gritar al trueno.
Se oyó fragor de batalla en los dominios del cielo.
Tomó el control de la noche la lanza del brujo ciego.
Para esparcir mis cenizas a lomos de un ángel negro.

Diez mil martillos de herrero golpeaban en mi cabeza.
Ahogando el dulce sonido del canto de mil princesas.
Diez mil caballos corriendo cargaban contra la tierra.
Mil príncipes se alistaban para marchar a la guerra.

Grité pidiendo una espada por un camino de viento.
Y nadie escuchó mi grito que se perdió en el silencio.
Para espantar a la noche bailé alrededor del fuego.
Llorando al linde del bosque de un reino que no recuerdo.

Saqué de entre mis alforjas una soga de recuerdos.
Y eché mi lazo a la nube que se descolgó del cielo.
Trepé por la cuerda blanca para escapar de infierno.
Al tiempo que aquella sombra alcanzaba el mundo entero.

Cuarenta grados al norte subió el dragón de la flama.
Cuarenta grados al sur fue el príncipe con su espada.
Al final de la contienda se desertó la mañana.
En un charco de sudor que me empapaba la cama
.

lunes, 5 de octubre de 2015

Selfie


Yo quiero un poco de hiel en una copa de ron
Quiero el silencio a los gritos en un poema de vida
Quiero las horas perdidas echando el mundo a la suerte
Quiero un selfie con la muerte después de tocarle el culo

Quiero olvidar esos nombres que me hacen andar despacio
Quiero llenar el espacio con silencios de redondas
Quiero pagarme una ronda de absenta en algún tugurio
Yo quiero mi llanto y el tuyo borrachos por la ciudad

Quiero querer un poquito “como que no quiere la cosa”
Quiero en verso y quiero en prosa el roce de tu pellejo
Quiero al niño y quiero al viejo que no sabe lo que quiere
Quiero al que nace y que muere sin saber que está queriendo

Quiero que no me preguntes, quiero que no me respondas
Quiero que me corresponda mi turno de no escucharte
Quiero no tener que amarte cuando no me venga e ganas
Quiero quererte en tu cama y olvidarte en tu vereda

Yo quiero un naufragio indecente, yo quiero perder un tesoro
Yo quiero “el oro y el moro” mas ¡sin pagar la factura!
Quiero el juicio y la locura, quiero mi llanto y mi risa
Quiero la pausa y la prisa, quiero la vida y la muerte.