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domingo, 31 de mayo de 2015

La radio del taller



Falleció la vieja radio del taller. Cumplía todos los requisitos para estar en en mi fabrica de sueños, acumulaba el polvo desde tiempos inmemoriales, chirriaba al encender las maquinas, el dial estaba vencido y un alambre ocupaba el lugar de la antena.
No funcionó el boca a boca ni el golpeteo para ver si reaccionaba, se fue dejándome sin noticias y sin su melódica compañía.
Vendría de los ochenta con su casetera inutilizada y su caprichosa costumbre de manejar el volumen a su antojo. No se como llegó hasta mi, tal vez estaba en mi taller antes de los tiempos acompañando los sueños de los que me precedieron, tal vez salió de un mercadillo por cuatro duros o de un contenedor de mi barrio.
Se que la voy a extrañar al igual que a mis zapatos viejos, que siempre estaban allí esperando mi regreso a casa, ya nada será igual aunque encuentre una parecida. ¡Mañana será un día duro!