Vistas de página en total

sábado, 28 de enero de 2017

Bajo cero


El tercer día de la segunda semana del primer mes: Apareció Virgilio para llevarme al los inviernos.
Bajé arrastrando una cruz de hielo, cincuenta lengüetas congeladas y un saxofón de cristal.
Pasé temblando por entre los esqueletos de 1500 clochards que manoteaban el aire intentando atrapar el aliento de vodka de los borrachos de la noche anterior, que caía en copos para estrellarse en los adoquines de la explanada de Beaubourg. En tanto el cuchillo de enero me apuñalaba el alma sin compasión, amenazando congelar también veinte poemas de olvido que se escaparon del pecho, entre el humo de un cigarrillo y el recuerdo del sudor de la última noche que pasé contigo, antes de dar este salto mortal sobre los Pirineos.
El tercer día de la segunda semana del primer mes; Se me escapó una lagrima congelada como un diamante al recordar que olvide despedirme del calor de tu cuerpo, y ahora a merced de la noche que bajo cero me abraza a la fuerza, no consigo recordar si lo traje envuelto en la maleta o lo empeñé por un trago para el perdón de los pecados que pienso seguir cometiendo a tu nombre.


No hay comentarios:

Publicar un comentario