Ciudad fantasma, flor de caliche
convertida en pasado.
Por allí anduvo el hombre soñando el
futuro
Por allí anduvo el hombre sufriendo
presentes
Por allí anda el soplido del
“waira”meciendo las puertas y los candados del tiempo
He visto bailar a la “chusca” sobre
tus calles en remolinos de polvo
He visto bailar al viento buscando los
nombres de ayer en cada puerta de cada casa vacía
He oído los gritos y los aplausos en
el viejo teatro, he oído los tiros y el correr de la sangre entre
las costras de sal.
Allí escuche a la muerte llamándome
por mi nombre un noviembre lejano y polvoriento
Desde allí bajé huyendo hacia el sur, sediento
de lluvias, siguiendo los pasos peregrinos de los que dejaron su
llanto en el gran desierto para que la soledad finalmente tomara
cuenta de tu existencia.
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