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jueves, 12 de febrero de 2015

Sirena




No se lo que le dije o no me acordaba cuando ella lanzó una piedra pintada a las olas, yo no debía estar allí pero estaba,  hundiéndome como esa piedra en sus ojos que bañaban la tarde.
Le pregunté quién era y me dijo- Soy la canción que cantabas, soy una espuma en el mar y soy la luz de las estrellas que se apagaran con el sol.
Armó una orquesta imaginaria y bailo descalza al borde del mar,  poco después me acercó una caracola al oído para mostrarme su furia encerrada que latía con fuerza al ritmo de mi corazón.
Le dije- tengo mil años pero rió con el sonido del mar,  vestida con algas me arrastró hasta el reino de Neptuno para renacer otra vez.
Me desperté con el frío de mil mañanas sobre mi cuerpo al lado de una botella de vino vacía, la llené de mensajes en verso para luego arrojarla furioso a las olas que se tragaron la noche y me fui arrastrando mil siglos de ausencia.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Invierno


No se como decir que me atormenta
El  frío y la tormenta del invierno
El sueño eterno que nunca he pedido
La sombra del olvido con su noche

No se como decir que a este pirata
Se le olvidó saltar la pata coja
Que arroja el parche con desilusión
Navegando sin rumbo en su galeón

No se como decir que estoy cansado
De andar por esos mares de cemento
Que me asusta el momento de partir
Y mas el de volver junto a tu cuerpo

No se como decir que en el espejo
Un viejo me saluda con mi cara
Se para en la ventana de mis sueños
Y se despide sin decir adiós

No se como decir que mi guitarra
Tiene seis cuerdas viejas como el mundo
Que lleva muda más de mil segundos
Y no encuentra el momento de cantar

No se como decir que me distraje
Me puse el traje de andar solitario
Mandé una carta sin destinatario
Y perdí la tarjeta de tu voz

No se como decirte que una lagrima
Se escapó sin querer de mi canción
Que le dio vueltas a mi corazón
Que me manchó el papel de imaginar

No se como decir que me entristece
La luna que se mece en tu cabello
Que no te encuentres al amanecer
Que no me esperes para envejecer.



lunes, 9 de febrero de 2015

El “Roto”



La primera vez que me llamaron “roto” fuera de Chile, fue hace muchos años en Bolivia en algún pueblo cerca de Pando. Estábamos en un guitarreo con algunos colegas, de pronto uno de ellos algo perjudicado por el alcohol me pregunta- ¿Si sos “camba” por que no sos ordinario? Le respondo- no soy camba, soy chileno.  El tipo exclama- ah, sos “roto” Algo desconcertado buceé en mi memoria tratando de colocar en algún sitio esa palabra tan conocida y tan manoseada en mi patria.
El roto en Chile solía ser el hombre del pueblo, el hombre humilde. El termino “roto” viene a cuento de su vestimenta rasgada, llena de parches y los señores bautizaron a este personaje al igual que al “Huaso” (del quechua- grosero) con nombres despectivos presuponiendo la inferioridad de los pobres como gente mal vestida y ordinaria.
Existe en Santiago un monumento al roto chileno que se ganó un nombre por su bravura, peleando en el desierto y regándolo con su sangre en una guerra económica cuyos beneficios jamás serían para el, sin embargo la historia omite episodios oscuros tales como el enrolamiento a traición de vagabundos, las comilonas que organizaban para invitar a los rotos, los que luego se despertaban de su borrachera a bordo de un barco y yendo a pelear al norte contra su voluntad.
Supe por boca de mi padre que un tío-abuelo suyo fue uno de esos rotos que fue y volvió, solo recordaba uno de los apellidos que incluí en un personaje de ficción de un relato que escribí.

Desde el momento que me dijeron “roto” supe que me quedaría con ese nombre grabado con un cuño de hierro en mi corazón, sin orgullo ni vergüenza, tan solo como un destino soberbio y fatalista que me liga a esa angosta y larga franja de tierra llamada Chile y a la historia de su gente humilde y valerosa.

sábado, 7 de febrero de 2015

Pingüinos



¡¡¡¡Noooooooo!!!!!
Se me trabó el mando del TV y estaban pasando un documental sobre pingüinos.
¡Alguien debería hacer algo! De los miles de documentales que existen un tercio van sobre pingüinos, ya no aguanto a los pingüinos, es más  odio hasta la película de Batman por causa del repulsivo pajarraco, los ves ahí con sus ridículos trajes de frac como si fueran una convención de millonarios saturando los documentales. Estoy seguro que hay más de algún pingüino en los altos círculos capitalistas poniendo dinero para aburrirnos con sus absurdas historias y produciendo mandos defectuosos que se traban en sus documentales.

Sabiendo que las aves descienden de los dinosaurios podemos darnos cuenta de que ni un meteorito pudo con ellos y son tan tenaces que caminaron desde la Antártida hasta medio oriente para subirse al arca de Noé, sobrevivir y condenarnos al aburrimiento. 

Diez chelines y seis peniques



Durante mi corta estadía en Londres busqué apresurado un almacén o tienda de caramelos. Llevaba en mi cabeza la frase tantas veces oída en películas en la que el dependiente señalaba el importe de la compra en; chelines y peniques.
Balbuceando emocionado señalo mi lista de compra escogiendo esto y lo otro apretando el dinero en mi mano y con el corazón latiendo a toda prisa. Descubro con infinita decepción y con horror que el hombrecillo de gafas responde- ¡five fifty!
Sin conseguir reponerme de mi asombro protesto- ¿Cómo five fifty?
¿Que hay de los chelines y peniques?

El tipo me mira con curiosidad mientras decepcionado pago el importe y me voy murmurando entre dientes- ¡Y yo tan solo quería que me dijera “diez chelines y seis peniques! ¡Esta gente no sabe inglés o no mira películas!

jueves, 5 de febrero de 2015

Corceles



Sonríe Piotn de Bełchatów. Encierra el aire en su varita mágica y lo lanza a bailar por el cielo que se deshace de luces.
Llegó a París cabalgando en una burbuja atizando efímeros corceles, con una vara y una cuerda hace tintinear campanas de cobre y níquel que caen como la llovizna en su caja de caudales.
Piotn se lía un “peta” y su risa se agranda rosada, sus ojos azules brillan como sus pompas de jabón y desaparecen entre los adoquines de la ciudad luz como la sorpresa de los turistas que luego apuntan sus lentes hacia objetivos mundanos.