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miércoles, 24 de junio de 2015

Fantasmas y zombies

Las calles del mundo son el hogar de multitud de seres de todos los tipos.
Si vas por ahí con el ojo abierto te encontrarás con historias de bajezas pero también de grandezas.
Recuerdo especialmente dos episodios ocurridos en Londres en la misma semana.


El primero ocurrió en una estación de autobuses. Esperaba el clásico Routemaster de dos pisos para volver al hostal en el barrio de Camden Town. Veo con el rabillo del ojo aparecer a un indigente, el tipo me pidió un cigarrillo, como suelo fumar tabaco para enrollar, le ofrecí el paquete y el papel, el hombre me dijo que no sabía liar por lo que acabé haciéndole el cigarrillo. Cuando estoy terminando de liarle el tabaco, veo aparecer a otro indigente que me pide exactamente lo mismo. Increíblemente, casi al terminar de liar el segundo, veo que comienza a aparecer un tercero arrastrando los pies como un zombie de película, por lo que cerré el paquete y salí huyendo despavorido a la siguiente parada.
Después de una semana desastrosa entre la lluvia y la indiferencia de los ingleses, decidí volver a París. Me fui a comprar el billete del autobús para regresar a Francia pero al pagar, me di cuenta que tenía el dinero justo, por lo que me quedé sin monedas para pagar el transporte publico hasta el hostal, en donde si tenía dinero. Intenté vender algún instrumento por la calle y aún pedir dinero. Después de un rato desistí, consulté el mapa y me dispuse a caminar los tres kilómetros que separaban el terminal de buses de mi alojamiento para buscar mis cosas y largarme de allí.
Al cruzar un paso bajo nivel, veo un indigente con una flauta y un perro pidiendo monedas, este era lo opuesto a los de la vez anterior. Sonreía y le hablaba a sus perros, al encontrar un poco de humanidad, saqué uno de mis saxofones de caña y me puse a tocar. El tipo sonrió con su boca desdentada y su aspecto de pirata detrás de una barba rubia y mugrienta y me pregunto: “ ¿How much does it cost?” le dije el precio por lo que abrió los ojos como si le hubiera dicho un millón.
El tipo me dijo que me podía dar 3 libras, le contesté, dame lo que tienes en la gorra y trato hecho. El pirata asintió, le entregue el saxo y después de 5 minutos de una clase expres, me entregó su recaudación que ascendía a la friolera de 5 libras y 25 peniques.
Después de abrazarlo y confesarle que me había salvado, me despedí de el y corrí a tomar el autobús para recoger mis bártulos y salir huyendo de Inglaterra.


martes, 23 de junio de 2015

Expulsiones masivas


De las veces que en la vida me fue mostrada la tarjeta roja, la mayoría fue por desacato a la autoridad, y casi siempre a causa de un abuso de autoridad,. Alguna que otra fue por abuso de sustancias (casi siempre de bajo octanaje)
Quien haya sido expulsado mas de una vez de instituciones o lugares sabrá de lo que hablo.
La primera expulsión que sufrí, fue en los scouts, si bien me gustaba el rollo ese de los juegos y las acampadas, nunca me entró esa estructura militar, por lo que un buen día el “Akela” me mandó a paseo.
La segunda vez( aunque no fue una expulsión en toda regla, por mas que yo lo sentí así) fue mas o menos a los 12 años. Yo solía participar en el colegio en; los coros, los grupos de folclore y cuanto festival se organizaba. A pesar de que yo tenía buenas calificaciones, por ese entonces comencé a juntarme con los desordenados del curso, un grupo de chicos mayores, la mayoría repitentes o repetidores. La maestra de música (se llamaba esperanza) me tenía en alta estima, pero cuando dejé de participar, me declaró la guerra, casi que me quería obligar a participar de sus movidas, casi chantajeándome. Perdí el interés en su clase y acabé yendo sin cuaderno, un día me sorprendió anotando en una hoja suelta, me llamó la atención y me dio una nota para mi madre (la cual nunca entregué). Un día en un intercambio de palabras me dijo; “señor Pinto, ¡agarre sus cosas y se retira, está expulsado! Mi madre habló con ella y logré conservar la cabeza.
Por esa misma época, viví mi primera expulsión de un cine. Nos escapamos del colegio con un amigo llamado Robespierre. Fuimos a ver una película de terror, el filme en cuestión era tan malo, que comenzamos a partirnos de la risa , el acomodador nos hizo callar un par de veces, hasta que perdió la paciencia y nos sacó de la sala con viento fresco.
La segunda vez que fui expulsado de un cine, fue a los 16 años. Nos auto recetamos el día libre en el liceo, y nos fuimos a ver una película del festival de Woodstock con un par de colegas. Uno de los lindos, no tuvo mejor idea que encender un cigarrillo de “mota”, a los 5 segundos aparece el acomodador furioso y amenazando con llamar a la policía, demás está decir que salimos corriendo los 100 metros planos.
La siguiente vez que fui expulsado, fue del liceo nocturno mas o menos a los 18 años. En aquel tiempo, trabajaba de día y estudiaba de noche. Un día el director de la escuela, me sorprendió fumando un cigarro, el tipo era un ex militar que se hacía el negocio lucrando con la educación. El caso es que me dijo- si no quiere ser expulsado de la escuela, tiene que escribir 100 veces en un cuaderno. “no debo fumar en la escuela”. Yo le contesté de inmediato: ¡De ninguna manera! Cogí mis cosas y me fui.
La última expulsión que recuerdo, fue hace ya mas de 5 años, ocurrió en un bar de Copenague( Dinamarca). Después de salir del barrio hippie de Christiania y tras haber probado un Bob Marley, entramos con mi amigo Mati a un bar a comprar una botella de vino, debo reconocer que yo estaba algo perjudicado, el caso es que en un momento la botella se resbalo de mi mano y se estrelló en el suelo hecha mil pedazos, apareció la encargada furiosa portando una pala y una escoba y me hizo barrer el estropicio. La situación me pareció tan ridícula ( sobre todo después del “Bob marley) que estalle en una carcajada, algunos parroquianos se tentaron de la risa, por lo que la mujer desistió de mi sesión de limpieza y me pidió que me retirara de inmediato, yo proteste pues quería mi botella de vino, a lo que la encargada furiosa amenazó con llamar a la policía.

Como dije antes, la última expulsión fue hace mas de 5 años, desde entonces no he vuelto a ser expulsado; ¿será que me estoy haciendo viejo?

sábado, 20 de junio de 2015

Aromas



Olía a madrugada, a otoño sin sueño por donde se colaban las hojas secas.
Olía a ventana entreabierta y humo de cigarrillos.
Olía a filosofía cortante y sonante, a primaveras futuras y a inviernos pasados.
Olía a certidumbre insolente reflejada en un vaso de ginebra.
Olía a tos de motores, a diésel y a neblina cerrada, a nieve en la cordillera y a despedida.
Olía a coches que despertaban y a gente que se dormía.
Olía a lluvias tardías y precipitadas fugas.
Olía a la noche alcanzada por el día entre Los Andes y la costa. Olía a Santiago de Chile.

viernes, 19 de junio de 2015

El vendedor de elixires



El vendedor de elixires

¿Quien no recuerda a este viejo personaje de las series y películas del oeste?
El vendedor de elixires era una señor de sombrero de copa que recorría los pueblos para vender un producto maravilloso capaz de curar todos los males, un tónico para curar la impotencia, hacer crecer el cabello y prolongar la vida.
El personaje en cuestión ( vamos a llamarlo Jack el honesto), casi siempre viajaba acompañado de un cómplice que aseguraba haberse curado con el elixir maravilloso, y rápidamente los desprevenidos oyentes se abalanzaban sobre la carreta para arrebatar el producto por la módica suman de un dolar.
Si nos fijamos bien, Jack el honesto está en plena forma, recorre el mundo vendiendo milagros por un par de monedas, y los desprevenidos (la mayor parte de la humanidad) continúan abalanzándose sobre su carreta billetes en mano.
Hoy se le llama "marketing", es una ciencia que enseña como llenar una botella con agua del río y transformarla en elixir, como vender la eternidad en un show y como desplumar al prójimo y dejar lo sonriendo.
El marketing está presente en casi todo el acontecer actual, en la religión, en el deporte y sobre todo en la política, porque Jack el honesto sabe que la mayoría de la gente quiere el camino corto a la felicidad y les dice lo que estos quieren oír, y estos a su vez quieren comprar la ilusión a riesgo de llegar a su casa y encontrarse tan solo con agua del río.
Jack el honesto esta en plena forma, casi podríamos decir que está en su mejor momento. Ahora cuenta con la televisión y con internet para vender sus mentiras, meterlas en una botella y dejar sonriendo a los infelices mortales.

miércoles, 17 de junio de 2015

La muerte de los dioses





Tres historias de la historia nos enseñan como el abuso del poder amparado en la religión, tarde o temprano se vuelve contra si mismo.
Tres continentes y tres momentos del tiempo.
Tres acontecimientos que marcaron un antes y un después en la relación del pueblo con sus dioses pero sobre todo con sus sacerdotes al ser incapaces de dar respuestas a los desastres naturales a través de sus rituales supersticiosos.

1-Hazor
Hazor fue una ciudad cananita cercana de Jericó. Según la biblia, ambas fueron destruidas por los ejércitos israelitas dirigidos por Josué. Como muchas historias bíblicas, estos relatos históricos están inspirados por hechos reales, sin embargo la destrucción de estas dos ciudades están separadas por mil años, por lo que seria imposible que hubieran sido destruidas en la misma campaña, además las razones que se mencionan en la biblia con sus acostumbrados argumentos falaces, son totalmente opuestas a las que señalan los hechos, ya que lejos de haber sido víctima de una guerra santa, lo son de una revolución apóstata.
Los arqueólogos encontraron signos de un gran incendio, sin embargo no se encontraron detalles que apuntaran a una batalla. Mas bien todo apuntaban a una revuelta, y que habría sido el propio pueblo el que arrasó e incendió la ciudad y los templos para derrocar a la clase sacerdotal tras una prolongada sequía.

2-Lambayeque
Esta fue una refinada cultura que floreció en el Perú antes de la llegada de los españoles.
Según los arqueólogos e historiadores, en este lugar al igual que Hazor se produjo una revuelta, pero en este caso encontraron gran cantidad de restos humanos que contaban una matanza en contra de de la clase dirigente, además de los signos de un gran incendio en sus ciudades que luego fueron abandonadas tras un periodo de desastres climatológicos de varias décadas. Todo apunta que en el momento mas álgido de la desgracia, el pueblo perdió los estribos y la emprendió al igual que en Hazor, en contra de sus dioses y sus sacerdotes.

3-Lisboa
La mañana del 1 de noviembre de 1755, día de todos los santos. La ciudad de Lisboa fue sacudida por un fuerte terremoto, el cual causó mas de 90.000 muertes. Tomando en cuenta que Portugal era un país devotamente católico y que fue a la hora de la misa en una celebración religiosa. Se puede decir que este factor multiplicó las víctimas humanas, ya que; casi no hubo iglesia que quedara en pie.
Este episodio, además de los edificios, derrumbó los cimientos de una sociedad eclesiástica, y dio lugar al florecimiento de una corriente filosófica que llevó entre otras cosas, a la revolución francesa.
Curiosamente uno de los últimos condenados a la hoguera en Portugal no fue un acusado de herejía, sino el inquisidor.


lunes, 15 de junio de 2015

Cabernet Sauvignon



Salí a la calle con la certeza del mundo que gira en silencio. Salí arrastrando la pesada carga de la multiplicación de panes y peces entre las estaciones abarrotadas por miles de soledades.
Mientras sacaba un pañuelo para despedir a un ángel, se apareció el arcángel Gabriel blandiendo su brazo y me regaló su abrazo y la sangre de cristo embotellada en 75 ml con denominación de origen.
Durante el camino de regreso a mis soledades, no deje de sonreír un segundo, girandome a cada paso a riesgo de convertirme en estatua de sal  para escudriñar el aire cargado de ángeles custodios capaces de caminar sobre las aguas, sobre las sombras y sobre los silencios que oscurecen el mundo.

domingo, 14 de junio de 2015

Macramé



Tejiendo una flor al viento y un sueño de macramé
Así llegó la Coté volando sobre París
El sol pintado en la cara del mediodía sonriente
Y una semilla en su vientre que espera en agosto abrir

Una sonrisa gigante, quinientas bobinas de hilo
Un panel de baratijos, un cuento entre las montañas
Una mañana de encuentro entre abrazos y risotadas
Y una semana pasada que me regaló el verano

Cogió su maleta y dijo: Adiós amigo, y se fue
En metro por Chatelet, rumbiando hacia no se donde
Allá donde el sol se esconde se que la voy a encontrar
Si no en algún otro lugar que quede en este universo


Tejiendo una flor al viento y un sueño de macramé
Así se fue la Coté volando desde París.


lunes, 8 de junio de 2015

Los impresentables



Los impresentables se presentan a cara descubierta, y aún descubiertas sus maniobras ellos maniobran para salir ilesos.
Los impresentables suelen fundar largas dinastías familiares y familiarmente se presentan para representar a pueblo, que lejos de reconocer sus fechorías, los reconoce como representantes de su falta de representación.
Los impresentables profitan en una nube de olvido que enrarece el aire de los palacios, y con sus lacios eslógans aprueban y derogan leyes y decretos, como ciudadanos rectos, se suelen pasar por el recto sus sus alegatos sobre justicia y demáses. Tenaces defensores de la oratoria, que viven de la memoria corta que les alarga la vida.

Chapeau



Ella contó sus tristezas desde el otro lado del mundo, desde el otro lado del tiempo y desde otras estrellas que brillaban en cielos de otros colores.
De pronto sacó un silencio que había guardado mil años y lo estrelló contra su tiempo.
Bailó sobre sus heridas como si hubiera un mañana y se despertó de repente para renacer de entre sus cenizas.
Y yo que oía distante, me fui entre sus palabras rebautizando los rostros que había olvidado entre tantos amaneceres desde este lado del mundo, le hice una verónica a la muerte y me saqué el sombrero para saludarla desde mis sonrisas, desde mis lágrimas secas y mis usos horarios.

sábado, 6 de junio de 2015

Buscando espinas y rosas



  Buscando rosas y espinas

Me preguntaste porque andaba ausente, porqué no eché a volar las palabras y los conjuros de siempre, porqué desate los nudos de las cuerdas invisibles, de las posibles caricias y la sonrisa de estar.
Es que me fui por ahí a recoger flores secas, a juntar rosas y espinas y me perdí en las esquinas de una ciudad ajena para ver si veía pasar mi sombra.
Salí a buscar para perder y encontrar la medida de la sed en una botella de ron. Salí a buscar mi corazón para ver si seguía latiendo.
Me fui por ahí con un saco roto a buscar el arca perdida, el santo grial y a Wally entre un berenjenal de vidas y muecas con extraños acentos.
Salí a buscar la medida del ron en un vaso de sed que parece, no tiene fondo.
Salí a juntar espinas y rosas y otras cosas esenciales sin importancia como mis ojos en tu recuerdo.