De las veces que en la vida me fue
mostrada la tarjeta roja, la mayoría fue por desacato a la
autoridad, y casi siempre a causa de un abuso de autoridad,. Alguna
que otra fue por abuso de sustancias (casi siempre de bajo octanaje)
Quien haya sido expulsado mas de una
vez de instituciones o lugares sabrá de lo que hablo.
La primera expulsión que sufrí, fue
en los scouts, si bien me gustaba el rollo ese de los juegos y las
acampadas, nunca me entró esa estructura militar, por lo que un buen
día el “Akela” me mandó a paseo.
La segunda vez( aunque no fue una
expulsión en toda regla, por mas que yo lo sentí así) fue mas o
menos a los 12 años. Yo solía participar en el colegio en; los
coros, los grupos de folclore y cuanto festival se organizaba. A
pesar de que yo tenía buenas calificaciones, por ese entonces
comencé a juntarme con los desordenados del curso, un grupo de
chicos mayores, la mayoría repitentes o repetidores. La maestra de
música (se llamaba esperanza) me tenía en alta estima, pero cuando
dejé de participar, me declaró la guerra, casi que me quería
obligar a participar de sus movidas, casi chantajeándome. Perdí el
interés en su clase y acabé yendo sin cuaderno, un día me
sorprendió anotando en una hoja suelta, me llamó la atención y me
dio una nota para mi madre (la cual nunca entregué). Un día en un
intercambio de palabras me dijo; “señor Pinto, ¡agarre sus cosas
y se retira, está expulsado! Mi madre habló con ella y logré
conservar la cabeza.
Por esa misma época, viví mi primera
expulsión de un cine. Nos escapamos del colegio con un amigo llamado
Robespierre. Fuimos a ver una película de terror, el filme en
cuestión era tan malo, que comenzamos a partirnos de la risa , el
acomodador nos hizo callar un par de veces, hasta que perdió la
paciencia y nos sacó de la sala con viento fresco.
La segunda vez que fui expulsado de un
cine, fue a los 16 años. Nos auto recetamos el día libre en el
liceo, y nos fuimos a ver una película del festival de Woodstock con
un par de colegas. Uno de los lindos, no tuvo mejor idea que encender
un cigarrillo de “mota”, a los 5 segundos aparece el acomodador
furioso y amenazando con llamar a la policía, demás está decir que
salimos corriendo los 100 metros planos.
La siguiente vez que fui expulsado, fue
del liceo nocturno mas o menos a los 18 años. En aquel tiempo,
trabajaba de día y estudiaba de noche. Un día el director de la
escuela, me sorprendió fumando un cigarro, el tipo era un ex militar
que se hacía el negocio lucrando con la educación. El caso es que
me dijo- si no quiere ser expulsado de la escuela, tiene que escribir
100 veces en un cuaderno. “no debo fumar en la escuela”. Yo le
contesté de inmediato: ¡De ninguna manera! Cogí mis cosas y me
fui.
La última expulsión que recuerdo, fue
hace ya mas de 5 años, ocurrió en un bar de Copenague( Dinamarca).
Después de salir del barrio hippie de Christiania y tras haber
probado un Bob Marley, entramos con mi amigo Mati a un bar a comprar
una botella de vino, debo reconocer que yo estaba algo perjudicado,
el caso es que en un momento la botella se resbalo de mi mano y se
estrelló en el suelo hecha mil pedazos, apareció la encargada
furiosa portando una pala y una escoba y me hizo barrer el
estropicio. La situación me pareció tan ridícula ( sobre todo
después del “Bob marley) que estalle en una carcajada, algunos
parroquianos se tentaron de la risa, por lo que la mujer desistió de
mi sesión de limpieza y me pidió que me retirara de inmediato, yo
proteste pues quería mi botella de vino, a lo que la encargada
furiosa amenazó con llamar a la policía.
Como dije antes, la última expulsión
fue hace mas de 5 años, desde entonces no he vuelto a ser expulsado;
¿será que me estoy haciendo viejo?
Las expulsiones son la prueba de que la horma no norma y de que la norma... normalmente es un espacio limitado por quienes pretenden vernos sojuzgados... A decir verdad creo que todos hemos tenido alguna experiencia de expulsión... La última expulsión que viví fue cuando me cogieron y me salieron del Quebec... porque LA CORONA se fonfabulo con el ahora presidente de mi país y me dedique durante tres años de juicio a formar un sindicato de latinos y una agrupación MUR... para unir a mis paisas pa la regularización... esa lección me ha marcado como a un buey y ahora me toca nuevamente LAMER LA YUNTA... mi abuela decía: EL QUE POR SU GUSTO ES BUEY... HASTA LA YUNTA LAME! ya me chin... gue/rra a los pasivos que siempre han vivido dentro de las normas y tienen ya horadada su libertad! QUE CHIDAS LETRAS MASTER SUDAKA!
ResponderEliminar