Una camisa de fuerza sin etiqueta
Una maleta rota de tanto usar
Una ciudad que nunca da bienvenidas
Las costras de mis heridas y mi
almohada de soñar
Un saxofón ajado sin su lengüeta
Una veleta que gira sin cesar
Un regresar sin rumbo a mis soledades
Con tres o cuatro verdades que no paran
de gritar
Dos corazones rotos por las palabras
Dos cartas que he mandado sin dirección
Mis versos que he guardado
pacientemente
Y el agua que bajo el puente se llevó
la inundación
Una flauta que duerme en su caja negra
Una guitarra a punto de despertar
La eternidad que dura solo un segundo
Mi paso por este mundo que no deja de
girar
Veinte poemas que me hablan del pasado
Un canto desesperado que habla de ti
Un maniquí con cuerda y mástil de
leño
Una fabrica de sueños que no hace mas
que rugir
Seis cuerdas, un paquete de cigarrillos
Una mochila a punto de fallecer
Tu anochecer al borde de la locura
Mi sed que no tiene cura antes del
amanecer
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