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domingo, 14 de febrero de 2016
Medio día nublado (al cumpleaños de mi padre)
El tiempo daba nublado al medio día del día del gran señor de la vida cuando partí por la rue Des Lombardes a buscar su sonrisa.
Me fui apretando un puñado de monedas en la mano mientras me cantaban pajaritos y mariposas en el estomago como cuando era niño.
He de confesar que me llovió un poquito al escucharte al otro lado del mundo, de la vida y de los recuerdos. Pero luego el timbre cálido de tu voz me trajo el sol y pensé sonriendo en el pronóstico del tiempo que daba nublado para el medio día de hoy en París.
Te oí tan fresco que me dispuse a abrazar tus 83 sonrisa, tus 83 primaveras y crudos inviernos, tus 83 suspiros y llantos venciendo a la muerte, y pensé que tal vez la felicidad y la alegría se puedan construir de madera, aunque después terminen crucificando al hijo del carpintero.
Salí apretando con fuerza el puñado de monedas y me fui por ahí a cambiarlas por un poco de sangre convertida en “cavernet sauvignon” para celebrarte a lo largo y ancho del mundo y del día, que sin embargo daba nublado a pesar del sol que me dejaste plantado en el alma.
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