Vistas de página en total

jueves, 27 de octubre de 2016

El viejo Pinto (saludos por el cumpleaños de mi padre)


El viejo Pinto me abraza con su sonrisa antes que pueda contar hacia atrás sus mil ternuras.
Traspasa el tiempo con su mirada serena y me trae el olor a madera con que solía soñar hace tiempo el hijo del carpintero.
El viejo Pinto sonríe, y desde sus ojos antiguos se escapa un secreto que le susurra un rayito de sol entre el oído y los blancos cabellos y que no alcanzo a descifrar.
Se afirma en su trono de mimbre y se crece como un gigante gentil y sabio desde el principio del mundo, cuando el tiempo era nuevo y sus manos le daban la forma entre serruchos y gubias, que luego formaban montañas de serrín y viruta. Entonces el hombre exorcizaba el invierno quemando los restos de la creación, y el humo se elevaba al cielo en holocausto para la santificación del momento.

El viejo Pinto me abraza y yo celebro su primavera desde este otoño lejano a las puertas de noviembre, y me guardo sus ojos y su secreto contado al oído en el corazón, brindando por su sonrisa y por ese olor a madera con que solía soñar el hijo del carpintero.

María en un bote



Pasó naufragando en un bote de cerveza María Dolores, pasó buscando el amor que tal vez conoció.
¿Alguien ha visto a Roberto? preguntaba por entre el medio susurro de su media sonrisa, de la cual algunas perlas habían volado hace ya mucho tiempo.
Pasó buscando un medio recuerdo que tenía medio olvidado de una noche de medio-amor de hace cuatro años, que en el fulgor del champán olvidó pedirle su dirección.
“¿Alguien ha visto a Roberto?” volvía a preguntar a quien fuera capaz de sostenerle la mirada esquiva. -“Me dijo Roberto que se casaría conmigo” le contó a las esquinas y a las vecinas que pasaban de prisa como una noche de amor de hace quien sabe cuanto olvidos.
Y por si alguien lo viera, maría Dolores pasó dejando las señas- “era un chico alto y buen mozo y llevaba una chaqueta bajo el brazo cuando me dejó su abrazo”

Se fue naufragando en su bote de cerveza María Dolores, cargando su medio-olvido y sus medios recuerdos y se perdió cruzando medio descalza la plaza que corta la calle del miguelete.

sábado, 22 de octubre de 2016

Mañana por la mañana



Si cae mañana un asteroide a la tierra, si entra en erupción el Vesubio o el Kilauea o si Cambia el polo magnético, ¡por favor que sea en la tarde!
Si mañana entra en vigor una ley contra el amor clandestino, si el apagón cultural es aprobado en la cámara baja, si la alineación planetaria amenaza la estabilidad monetaria provocando gritos de furia por las calles, ¡por favor que sea en la tarde!
Si baja el dólar, sube la libra y el yen se congela, si se revela el secreto del don pirulero y un pistolero me roba los sueños, ¡por favor que sea en la tarde!
Si mañana un dolor de muelas se instala en mi mueca, si se pinchan las ruedas de mi bicicleta, si me para un policía por ir pedaleando sin cinturón de castidad, ¡por favor que sea en la tarde!
Si mañana se instaura la nueva peseta, si me revocan el pasaporte por escribir en las paredes con faltas de ortografías o si me llega la cita con el oculista, ¡por favor que sea en la tarde!
Si encuentran el arca perdida o si empieza el apolcalipsis, si mañana hay un eclipse total de sol en el mundo, si gana el partido del odio o si legalizan el miedo, ¡por favor que sea en la tarde!
Si te llega una orden de desahucio, si te llaman de voluntaria a para repartir palomitas entre los cinéfilos indigentes de la casa ocupa de enfrente o si te tocan el timbre los testigos de Jehová, ¡por favor que sea en la tarde!

Porque mañana por la mañana.... ¡tomo mate contigo!

sábado, 15 de octubre de 2016

Sombrero de fieltro



Cuarenta días y cuarenta noches, cuarenta madrugadas y cuarenta crepúsculos anduve sin mi sombrero de fieltro. Cuarenta jornadas expuesto a toda clase intemperies, de maldiciones y contaminaciones celestes y toda suerte de des-elegancias.
Salí a la ciudad por cuarenta caminos buscando cuarenta posibles ladrones, buscando cuarenta posibles cabezas culpables de andar luciendo un sombrero adquirido en París por cuarenta monedas, para exorcizar el frío de cuarenta diciembres escarchados en el cielo del mundo.

Cuarenta días anduve bajo las nubes, bajo las lluvias y las solanas de un otoño tardío temiendo esperar el frío sin mi sombrero de fieltro y sin esperanzas de hallarlo. Cuarenta resignaciones me atacaron sin ton ni son hasta que un rincón oscuro del caos violento de mis aposentos...apareció como el sol mi sombrero de fieltro.

domingo, 9 de octubre de 2016

11 de octubre (El último día del mundo)



El último día del mundo soplaba un viento de espera.
Desde la tierra del fuego hasta la tundra boreal se hizo un silencio como el que nunca se oyera. Los apus de las montañas, los dioses y los pillanes de “Manitú” a “Ngeñechen”, aguzaron el oído esperando escuchar el canto del viento, pero este tan solo exhalaba un aliento de muerte.
El cóndor volaba sobre las cumbres, la nieve quebraba las copas de las araucarias, corría el bisonte sobre las praderas, y un continente entero se preparaba para un nuevo día.
La gente nacía. la gente cantaba, la gente lloraba y moría soñando, yendo y viniendo por una tierra libre e inmensa. La pacha mama entregaba el maíz y la papa, la lluvia ensanchaba los ríos y el sol calcinaba los desiertos de sal.

Luego de esto, el astro rey dio su salto en el cielo antes de guardarse por el oeste, para dar paso a la luna que asomaba su cara por el este para despedir el último día del mundo antes de que llegara también por el este, la muerte blanca...como la cara de la luna.

viernes, 7 de octubre de 2016

Paseo al infierno


Paseo al infierno (o la Dantesca experiencia de un miserable analógico que formatea por primera vez un ordenador)

Virgilio me llevó de paseo al infierno entre los intrincados laberintos de gigahercios y megabites.
Bajamos montados en un pedrive booteable hasta los confines del inframundo, en donde había un un aterrador cartel que rezaba- “BIOS”, en donde me perdí portando apenas un mapa virtual escrito en binarios.
Pude divisar entre la penumbra los ojos enrojecidos de los miserables penitentes analógicos que aullaban por salir, pero había un muro MS-DOS infranqueable que pude sortear usando el mapa y un pendrive. Booteé desesperado entre “F2” y “F12” hasta que conseguí abrir una brecha en formato PNG o JPG (no lo recuerdo muy bien).

De pronto escuche la voz de un discípulo del diablo que me hablo fuerte y claro por el ciberespacio desde una cueva de Salamanca diciendo- ¡NTFS padre, NTFS! Entonces salté del pendrive booteable, le di un manotazo a la tecla del “Enter” y salí por fin del infierno al tiempo que el endemoniado aparato me daba la bienvenida de vuelta al mundo desde el lado de afuera en una pantalla de plasma.

martes, 4 de octubre de 2016

Circunstancial


Tenía que haber despegado quien sabe temprano
Tenía que haber salido con rumbo al espacio
Haber cruzado despacio la puerta de afuera del mundo
Pero en un solo segundo se trastocaron los planes
La llave del baño que no para de gotear
Se rompió la cerradura, llegó una factura vencida
Se apagó el ordenador, la lampara no funciona
Y se acabó hasta el café como si fuera una broma
El cielo puede esperar, me quedo atado a la tierra
Como quien marcha a la guerra con un fusil sin gatillo

Hay días en que los barcos se quedan sin viento a mitad de camino
Hay otros en que el destino te marca tarjeta roja
Y te arroja a una cruel existencia de intentos fallidos
Hay días en que todo va sobre ruedas
Hay otros en que como puedas arrastras un carro viejo
Y mascas un pan añejo soñando con un mantel
Hay días en que el papel es la única salida
A los pensamientos afiebrados
Que brotan desesperados buscando el umbral de la vida

Tenía que haber salido a medir la órbita de Plutón
Tenía que haber comenzado una canción a la lluvia
Tenía que estar en la luna de Júpiter escribiendo
La bienvenida al invierno

Tenía que haber acabado un poema para un amor de mentira
Y haber terminado una lira para Nerón allá en Roma
Pero hay días en que no asoma una pizca de circunstancias
Que faciliten la instancia de despegar hacia el cielo

Y levantar algún vuelo con rumbo desconocido.  

Rosas y Violetas


Un día 4 de octubre 1917 Nace Violeta Parra, la mas importante cultora del folclore chileno.
Veinte años mas tarde y en la misma fecha, nace en aquella larga y angosta faja de tierra, mi madre Rosa Gallardo, la mujer mas importante de mi vida.

Rosas y Violetas

Hay un lugar en el mundo
En donde se oye en cuartetas
De Violetas cantando a rosas
Y rosas cantando a violetas

No esperan la primavera
Para enseñar sus colores
Ni esperan la luz del alba
Para abrazar sus amores

Yo tuve una rosa blanca
Muy cerca de mi guitarra
Que se paseaba en mis cuerdas
Cantando a Violeta Parra

Un día me fui de mi patria
Pero llevé en la maleta
El perfume de mi Rosa
Y el color de mi Violeta

Allí se quedaron mis flores
Que nacieron en octubre
Fertilizando la patria
Con la tierra que las cubre

Ya con esta me despido
Cogollo de rosa mosqueta
¿Habrá en el cielo una cueca

Cantada por Rosa y Violeta?

domingo, 2 de octubre de 2016

Atarantia

Allá en los confines del universo conocido (o desconocido según sea el caso) según de donde vayas o vengas, y dependiendo naturalmente de cuanto conozcas del universo, allí se encuentra; “Atarantia”, en la constelación del Pavo o del Ganso como suelen llamarla algunos atarantaos.
Orbitando un agujero negro super-masivo se encuentra este singular planeta, con los seres más increíbles e inverosímiles que he encontrado en mi modesto recorrido por el cosmos.
A pesar de vivir al borde de este descomunal monstruo devorador de estrellas, los atarantaos viven como si su mundo fuese a durar para siempre. El deporte favorito de esta adorable gente es sin duda perder el tiempo, organizando verdaderos campeonatos a nivel planetario de su pasatiempo favorito.
Suelen tomarse el tiempo para llegar tarde a sus compromisos, sus transportes jamás salen a la hora y se mofan de quienes tienen la osadía de ser puntuales.
Los atarantaos cultivan la vanidad y la arrogancia como preciados dones que según ellos les fueron otorgados por algún creador cósmico, y agradecen el haber sido elegidos para ser ejemplo envidiable en el universo y en los multiversos cercanos, aunque en realidad la mayoría de seres de esta y otras galaxias apenas si conocen de su existencia, y los que la conocen evitan el contacto con ellos, por lo cual, si Atarantia esta de camino a su destino, intentaran dar largos rodeos.
Los atarantaos proyectan su existencia estéril para los próximos mil eones, cuando es probable que su mundo, así como toda la galaxia que habitan, sea engullida por el agujero negro supe-masivo, a lo sumo en los próximos 10.000 años.