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sábado, 15 de octubre de 2016

Sombrero de fieltro



Cuarenta días y cuarenta noches, cuarenta madrugadas y cuarenta crepúsculos anduve sin mi sombrero de fieltro. Cuarenta jornadas expuesto a toda clase intemperies, de maldiciones y contaminaciones celestes y toda suerte de des-elegancias.
Salí a la ciudad por cuarenta caminos buscando cuarenta posibles ladrones, buscando cuarenta posibles cabezas culpables de andar luciendo un sombrero adquirido en París por cuarenta monedas, para exorcizar el frío de cuarenta diciembres escarchados en el cielo del mundo.

Cuarenta días anduve bajo las nubes, bajo las lluvias y las solanas de un otoño tardío temiendo esperar el frío sin mi sombrero de fieltro y sin esperanzas de hallarlo. Cuarenta resignaciones me atacaron sin ton ni son hasta que un rincón oscuro del caos violento de mis aposentos...apareció como el sol mi sombrero de fieltro.

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