No se si fue ayer que me fui juntando
flores secas por el camino del duende. Llovían canciones pero
ninguna hablaba del invierno a pesar de la lluvia, y me perdí como
siempre desojando margaritas descoloridas mientras intentaba recordar
el camino a casa.
Recuerdo que después de la lluvia los
hongos surgían cual paraguas mágicos a los que solíamos poner
nombres graciosos antes de arrancarlos para hacerlos bailar como si
fueran trompos.
A veces recuerdo el olor a tierra
mojada pero jamás conseguí recordar el color de tus ojos reflejados
en los míos y no se si fue ayer que tu boca me bautizó el corazón
y los besos. Solo se que llovían canciones pero ninguna hablaba de
ti a pesar del invierno, y me perdí como siempre deshojando la
lluvia mientras intentaba recordar el camino del duende.
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