Historias del camino
- Crónicas
del ojo sudaka
- Dedicado
a mi padre Abelardo, que con el dolor de su corazón
me ayudó
a
coser mis alas
- La
citroneta
- De
los muchos viajes que tuve la oportunidad de realizar por España,
quizá
uno
de los más especiales fue el que hice con mi entrañable
amigo; Nuno Marques (o portugués) a la ciudad de Cocentaina en la
provincia de Alicante.
- Acá
en
Europa suelen organizarse ferias de época
y en algunas como la de Cocentaina, se engalana el casco viejo al
estilo del medioevo.
- El
camino de Valencia a Cocentaina, es un viaje precioso, por el camino
de la sierra no es difícil
ver castillos semi derruidos entre los bosques y las montañas
de piedra caliza. Sin embargo lo que hizo este viaje inolvidable no
fue el paisaje sino la cabalgadura de estos dos caballeros.
- Ser
trata de un furgón
Citroen del 72 (la clásica
citroneta) pintado de azul y amarillo. Un bólido
capaz de realizar un trayecto de 2 horas, en tan solo 5. Capaz de
alcanzar una velocidad de 50 kilómetros/hora,
cuesta abajo y con el viento a favor. Demás
esta decir que fue una fiesta de bocinazos de principio a fin, tanto
de los que celebraban la valentía
de los dos Quijotes a bordo de aquel rocinante, como de los
intolerantes de costumbre que intentaban adelantarnos a 130/hora.
Debo sumar a ello la innata capacidad de portugués
navegante de mi amigo Nuno, capaz de equivocarse 20 veces de camino y
regresar sin perder la sonrisa.
- Sin
duda una de las cosas que me gustaría
volver a ver, es esa preciosa citroneta azul y amarilla.
- A
mae dela (la
madre de ella)
- En
el año
83, me encontraba viviendo en São
Paulo, Brasil.
- Durante
un tiempo ocupe una habitación
que me ofrecieron en casa de una amiga, Josecler, una mulata preciosa
con la que tuvimos una relación,
aunque básicamente
fuimos y seremos amigos.
- Recuerdo
un día
que salí
de
mi cuarto y la encuentro tendiendo la ropa en el patio, bueno no le
ví
la
cara pero era su cuerpo, en un momento al estirarse en puntas de pié
para
alcanzar la soga, se le asomo el ombligo, lo cual me emocionó
y
me acerque para hacerle cosquillas, de pronto se descorre una sabana
y veo la cara de su madre, Eclaír.
En un principio yo no sabía
donde meterme y esta al verme la cara, rompió
a
reír
como solo sabe hacerlo la gente morena, al principio me sentí
avergonzado
pero ante las carcajadas de Eclair, poco a poco me fui aflojando,
cuando apareció
Josecler,
y su madre le contó,
ambas rodaron por el suelo delante de mi cara roja de vergüenza.
- Tiempo
después
le comente a Jo, mira tu si en vez de rascarle el ombligo le daba una
palmada en el trasero, a lo que esta contestó;
Aún
continuaría
riéndose.
- Tengo
más
que gratisimos recuerdos de esa familia, en ocasiones, nos quedábamos
horas contando chistes en la cocina de su casa, hasta el dolor de
barriga y mandíbula,
agradezco a Eclair, su comprensión
y su buen Humor, agradezco también
el haber solo rascado su ombligo, de lo contrario, hasta el día
de hoy seguiría
disculpándome.
- Celta
- Cada
año
en la 1era o 2da semana de julio, en la región
más
septentrional de Espaa
se celebra el festival del mundo celta en el pueblo de Ortigueira, en
donde convergen las 5 naciones pertenecientes a esta unidad cultural:
Irlanda, Escocia, Gales, Asturias y Galicia, además
de un par de pequeñas
regiones de Portugal y Francia en donde persiste en forma residual la
influencia de este antiguo pueblo venido del centro de Europa. Sin
embargo, este festival reúne
gente venida de todo el mundo ya que, sus descendientes han
acompañado
a dos de los grandes imperios como fuerza de trabajo en la conquista
del mundo.
- Durante
4 días,
en jornadas maratónicas
se ven desfilar innumerables grupos de músicos
acompañados
de gaitas, flautas, panderetas y flautas whistle hasta altas horas de
la madrugada. Si tienes paciencia y energía
después
de bailar toda la noche, una vez acabado el concierto veras florecer
el espíritu
más
profundo de la fiesta, en ese momento aparece la gente local y
comienza a orillas de la ría
una improvisada fiesta de danzas gallegas hasta la salida del sol.
- Más
de una vez creo haber visto la figura de mi abuelo Luis con su cara
rosada, sus grandes orejas, su nariz redonda y su figura de gnomo
entre los concurrentes a estos rituales nocturnos custodiados por
invisibles druidas entre la ría
y el bosque de Ortigueira,
- Cosquín
y el locro
- La
primera vez que probé
este
soberbio brebaje, fue en la sierra de Córdoba, en un festival de
música que se realiza en la ciudad de Cosquín.
- Llegue
acompañado de un colega en tren y sin billete, apenas algunas
monedas para endulzar al guarda, el ambiente de esta fiesta es
extraordinario, apenas entras en la ciudad te recibe el sonido de las
guitarras, bombos violines etc.. por todas partes y ahí
donde
te ven con algún
instrumento en la mano(yo viajaba con un charango), te meten adentro
de alguna de las innumerables peñas
que montan en el lugar. Sin duda una de las cosas que me impresionó
fue
el enorme caldero, calderón, olla o como se llamase, en donde
preparaban el locro colectivo. Por sus dimensiones podríamos
imaginar que cabían
adentro un par de exploradores con sus mochilas y porteadores.
- El
Locro es un guiso de carnes, maíz y legumbres tradicional en
argentina, sin embargo su origen es prehispánico y llego a esas
tierras de la mano de los conquistadores incas.
- Impresionaba
ver al encargado del locro moviendo la mezcla con un remo, con la
concentración de un alquimista mientras salían
los vapores del impresionante potaje telúrico. Yo recibí
como
hipnotizado el plato de locro mientras sostenía
con el “ala
izquierda”
mi
pasaporte de 10 cuerdas (mi charango) ya que: en ningún
momento nadie me pasó
la
cuenta por la comida, tan solo un par de canciones bastaron para
añadir
a mi lista de amigotes varias decenas de “gauchos”,
chumaos (borrachos) y guitarreros.
- Darío
el grandote
- De
pocas palabras y sonrisa esquiva, unos 45 años, argentino
silencioso, murió
solo
como había
vivido, en una solitaria pensión
de Bunyol, un pueblo valenciano. Solía viajar a España
los veranos a vender cerveza en los festivales y fiestas populares.
- La
última
vez que lo vi fue en Zaragoza hace algunos años
y recuerdo haberlo visto reír
a brazo partido. Usaba el cabello muy corto, de complexión gruesa,
solía
llevar gafas oscuras y una cartera colgando de un hombro lo que le
daba el aspecto que suelen tener los policías
españoles
cuando tratan de pasar desapercibidos. Recuerdo cierta vez durante
las fiestas del Pilar que nos acercamos a comprar comida a una gente
ecuatoriana que vende comida en forma clandestina, yo me quede un
poco atrás
saludando unos amigos y vi una escena de lo más cómica, cuando me
fui acercando oí
que
la mujer con cara de espanto le contestaba a Darío con voz aflautada
hasta que el le dijo; ¡tranquila
que no soy policía!. La conversación fue más o menos así:
Darío -pregunta: ¿tiene comida? La mujer no sabe que responder y en
un murmullo contesta; ..este…no
…si
no se, después
de escucharlo decir; no soy policía,
la mujer no muy convencida le contesta casi en un hilo de voz;
…este..
si…
tenemos
pollito con arroz y..y mañana pescaito frito . En cuanto la mujer
salió
a
buscar la comida, ambos echamos las tripas riendo.
- No
se si volvió
a
reír
de esa manera, dos meses después me enteré
que
había
fallecido solo en un cuarto de pensión.
- De
como perdí
el
bigote
- Es
bien sabido lo fácil que resulta perder la cabeza por una mujer, por
supuesto al perder la cabeza se pierde todo lo que esta incluye:
ojos, boca, nariz, bigote, barbilla…etc.
- En
este caso me voy a centrar en el bigote que es el tema que me trae a
reflexión.
- Frecuentemente
debemos equilibrar el fastidio que produce el ritual del afeitado con
el fastidio que producen a las damas los pelos de la cara, la cosa
vino más o menos así.
- Regresé
a
casa después de un largo periplo por el norte de España y claro,
andando por ahí
una
de las cosas que menos me preocupaba era afeitarme. Antes de
emprender el regreso me planté
frente
al espejo dispuesto a desalojar los cuatro pelos que poblaban mi
cara, fuertemente armado de una maquinilla comencé
el
conocido ritual, sin embargo, al llegar al bigote me dio un poco de
pena por lo que decidí
dejarlo,
además después de un tiempo había conseguido algo que se podía
llamar bigote.
- Llegué
a
casa de madrugada y vi la luz encendida. La jefa estaba despierta
así
que
entre con mis bártulos y mi flamante bigote dispuesto a recibir una
entusiasta bienvenida. Nada más entrar “my
dear wife”
exclamó
con
sorpresa: -¡que
hacés Pancho villa!, de donde sacaste eso, tenés más bigote que
cara, ¡ya
partiste a sacártelo!....
- Lo
dijo con tanta seguridad que tras el segundo de sorpresa rodé
por
el piso en un ataque de risa del que ella se contagió. Pasado el
momento de gloria, rumbié
para
el cuarto de baño.
Debo confesar que en este tipo de asuntos me gusta contrariarla,
pero pocas me gustan tanto como reírme y unas buenas risas bien
valen un bigote.
- Continuará
Grandeee titooo este blog va a dar que hablar!! Salute por los primeros posts!
ResponderEliminarUn abrazo y gracias, sabes que eres responsable!!
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