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martes, 26 de agosto de 2014

Historias del camino

  • Crónicas del ojo sudaka





  • Dedicado a mi padre Abelardo, que con el dolor de su corazón me ayudó a coser mis alas












  • La citroneta


  • De los muchos viajes que tuve la oportunidad de realizar por España, quizá uno de los más especiales fue el que hice con mi entrañable amigo; Nuno Marques (o portugués) a la ciudad de Cocentaina en la provincia de Alicante.
  • Acá en Europa suelen organizarse ferias de época y en algunas como la de Cocentaina, se engalana el casco viejo al estilo del medioevo.
  • El camino de Valencia a Cocentaina, es un viaje precioso, por el camino de la sierra no es difícil ver castillos semi derruidos entre los bosques y las montañas de piedra caliza. Sin embargo lo que hizo este viaje inolvidable no fue el paisaje sino la cabalgadura de estos dos caballeros.
  • Ser trata de un furgón Citroen del 72 (la clásica citroneta) pintado de azul y amarillo. Un bólido capaz de realizar un trayecto de 2 horas, en tan solo 5. Capaz de alcanzar una velocidad de 50 kilómetros/hora, cuesta abajo y con el viento a favor. Demás esta decir que fue una fiesta de bocinazos de principio a fin, tanto de los que celebraban la valentía de los dos Quijotes a bordo de aquel rocinante, como de los intolerantes de costumbre que intentaban adelantarnos a 130/hora. Debo sumar a ello la innata capacidad de portugués navegante de mi amigo Nuno, capaz de equivocarse 20 veces de camino y regresar sin perder la sonrisa.
  • Sin duda una de las cosas que me gustaría volver a ver, es esa preciosa citroneta azul y amarilla.













  • A mae dela (la madre de ella)

  • En el año 83, me encontraba viviendo en São Paulo, Brasil.
  • Durante un tiempo ocupe una habitación que me ofrecieron en casa de una amiga, Josecler, una mulata preciosa con la que tuvimos una relación, aunque básicamente fuimos y seremos amigos.
  • Recuerdo un día que salí de mi cuarto y la encuentro tendiendo la ropa en el patio, bueno no le ví la cara pero era su cuerpo, en un momento al estirarse en puntas de pié para alcanzar la soga, se le asomo el ombligo, lo cual me emocionó y me acerque para hacerle cosquillas, de pronto se descorre una sabana y veo la cara de su madre, Eclaír. En un principio yo no sabía donde meterme y esta al verme la cara, rompió a reír como solo sabe hacerlo la gente morena, al principio me sentí avergonzado pero ante las carcajadas de Eclair, poco a poco me fui aflojando, cuando apareció Josecler, y su madre le contó, ambas rodaron por el suelo delante de mi cara roja de vergüenza.
  • Tiempo después le comente a Jo, mira tu si en vez de rascarle el ombligo le daba una palmada en el trasero, a lo que esta contestó; Aún continuaría riéndose.
  • Tengo más que gratisimos recuerdos de esa familia, en ocasiones, nos quedábamos horas contando chistes en la cocina de su casa, hasta el dolor de barriga y mandíbula, agradezco a Eclair, su comprensión y su buen Humor, agradezco también el haber solo rascado su ombligo, de lo contrario, hasta el día de hoy seguiría disculpándome.










  • Celta

  • Cada año en la 1era o 2da semana de julio, en la región más septentrional de Espaa se celebra el festival del mundo celta en el pueblo de Ortigueira, en donde convergen las 5 naciones pertenecientes a esta unidad cultural: Irlanda, Escocia, Gales, Asturias y Galicia, además de un par de pequeñas regiones de Portugal y Francia en donde persiste en forma residual la influencia de este antiguo pueblo venido del centro de Europa. Sin embargo, este festival reúne gente venida de todo el mundo ya que, sus descendientes han acompañado a dos de los grandes imperios como fuerza de trabajo en la conquista del mundo.
  • Durante 4 días, en jornadas maratónicas se ven desfilar innumerables grupos de músicos acompañados de gaitas, flautas, panderetas y flautas whistle hasta altas horas de la madrugada. Si tienes paciencia y energía después de bailar toda la noche, una vez acabado el concierto veras florecer el espíritu más profundo de la fiesta, en ese momento aparece la gente local y comienza a orillas de la ría una improvisada fiesta de danzas gallegas hasta la salida del sol.
  • Más de una vez creo haber visto la figura de mi abuelo Luis con su cara rosada, sus grandes orejas, su nariz redonda y su figura de gnomo entre los concurrentes a estos rituales nocturnos custodiados por invisibles druidas entre la ría y el bosque de Ortigueira,












  • Cosquín y el locro

  • La primera vez que probé este soberbio brebaje, fue en la sierra de Córdoba, en un festival de música que se realiza en la ciudad de Cosquín.
  • Llegue acompañado de un colega en tren y sin billete, apenas algunas monedas para endulzar al guarda, el ambiente de esta fiesta es extraordinario, apenas entras en la ciudad te recibe el sonido de las guitarras, bombos violines etc.. por todas partes y ahí donde te ven con algún instrumento en la mano(yo viajaba con un charango), te meten adentro de alguna de las innumerables peñas que montan en el lugar. Sin duda una de las cosas que me impresionó fue el enorme caldero, calderón, olla o como se llamase, en donde preparaban el locro colectivo. Por sus dimensiones podríamos imaginar que cabían adentro un par de exploradores con sus mochilas y porteadores.
  • El Locro es un guiso de carnes, maíz y legumbres tradicional en argentina, sin embargo su origen es prehispánico y llego a esas tierras de la mano de los conquistadores incas.
  • Impresionaba ver al encargado del locro moviendo la mezcla con un remo, con la concentración de un alquimista mientras salían los vapores del impresionante potaje telúrico. Yo recibí como hipnotizado el plato de locro mientras sostenía con el ala izquierdami pasaporte de 10 cuerdas (mi charango) ya que: en ningún momento nadie me pasó la cuenta por la comida, tan solo un par de canciones bastaron para añadir a mi lista de amigotes varias decenas de gauchos, chumaos (borrachos) y guitarreros.












  • Darío el grandote

  • De pocas palabras y sonrisa esquiva, unos 45 años, argentino silencioso, murió solo como había vivido, en una solitaria pensión de Bunyol, un pueblo valenciano. Solía viajar a España los veranos a vender cerveza en los festivales y fiestas populares.
  • La última vez que lo vi fue en Zaragoza hace algunos años y recuerdo haberlo visto reír a brazo partido. Usaba el cabello muy corto, de complexión gruesa, solía llevar gafas oscuras y una cartera colgando de un hombro lo que le daba el aspecto que suelen tener los policías españoles cuando tratan de pasar desapercibidos. Recuerdo cierta vez durante las fiestas del Pilar que nos acercamos a comprar comida a una gente ecuatoriana que vende comida en forma clandestina, yo me quede un poco atrás saludando unos amigos y vi una escena de lo más cómica, cuando me fui acercando oí que la mujer con cara de espanto le contestaba a Darío con voz aflautada hasta que el le dijo; ¡tranquila que no soy policía!. La conversación fue más o menos así: Darío -pregunta: ¿tiene comida? La mujer no sabe que responder y en un murmullo contesta; ..esteno si no se, después de escucharlo decir; no soy policía, la mujer no muy convencida le contesta casi en un hilo de voz; este.. sitenemos pollito con arroz y..y mañana pescaito frito . En cuanto la mujer salió a buscar la comida, ambos echamos las tripas riendo.
  • No se si volvió a reír de esa manera, dos meses después me enteré que había fallecido solo en un cuarto de pensión.











  • De como perdí el bigote

  • Es bien sabido lo fácil que resulta perder la cabeza por una mujer, por supuesto al perder la cabeza se pierde todo lo que esta incluye: ojos, boca, nariz, bigote, barbillaetc.
  • En este caso me voy a centrar en el bigote que es el tema que me trae a reflexión.
  • Frecuentemente debemos equilibrar el fastidio que produce el ritual del afeitado con el fastidio que producen a las damas los pelos de la cara, la cosa vino más o menos así.
  • Regresé a casa después de un largo periplo por el norte de España y claro, andando por ahí una de las cosas que menos me preocupaba era afeitarme. Antes de emprender el regreso me planté frente al espejo dispuesto a desalojar los cuatro pelos que poblaban mi cara, fuertemente armado de una maquinilla comencé el conocido ritual, sin embargo, al llegar al bigote me dio un poco de pena por lo que decidí dejarlo, además después de un tiempo había conseguido algo que se podía llamar bigote.
  • Llegué a casa de madrugada y vi la luz encendida. La jefa estaba despierta así que entre con mis bártulos y mi flamante bigote dispuesto a recibir una entusiasta bienvenida. Nada más entrar my dear wifeexclamó con sorpresa: -¡que hacés Pancho villa!, de donde sacaste eso, tenés más bigote que cara, ¡ya partiste a sacártelo!....
  • Lo dijo con tanta seguridad que tras el segundo de sorpresa rodé por el piso en un ataque de risa del que ella se contagió. Pasado el momento de gloria, rumbié para el cuarto de baño. Debo confesar que en este tipo de asuntos me gusta contrariarla, pero pocas me gustan tanto como reírme y unas buenas risas bien valen un bigote.


  • Continuará




2 comentarios:

  1. Grandeee titooo este blog va a dar que hablar!! Salute por los primeros posts!

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  2. Un abrazo y gracias, sabes que eres responsable!!

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