Planetas

Mi tierra

¿Regresaras? Me preguntas inquisitivo, ¿Dónde? Te respondo preguntón, si estoy en casa, camino sobre esta esfera azul que me pertenece aunque encuentre un gendarme custodiando algunos de sus rincones. Estoy en casa, lo supe aquella vez que salté al espacio girando alrededor de ella, no se cuanto tiempo estuve dando vueltas y cada vez que miraba hacia la tierra la encontraba más hermosa. Miré a los otros puntos del universo y no encontré más que soledad y vacío a no ser la luna avergonzada que esconde su cara de vez en cuando.
No existen las fronteras, no son mas que barreras inventadas para que no escuches las risas y lamentos de otras gentes y para que confundas;”mi tierra” con “mi país”, mi país es largo y angosto, mi tierra redonda y azul
Mi gente vive en todas partes al igual que mis enemigos, hablan incontables lenguas y dialectos pero en todas existen las mismas palabras, amor, odio, esperanza, amistad, codicia
¿Regresaras?, si por supuesto, regresare a la tierra algún día para fundirme en su vientre, para ser tierra.

Beta caroteno

"Pigmento asociado al color rojo anaranjado en los vegetales"
¿Que es esto?? una palabra esplendida para los vegetales!! (y que me perdonen los vegetarianos y nutricionistas)
"Beta caroteno " se me antoja una palabra astronómica y sideral, mas parecida a: "Eta Carinae", una estrella súper masiva situada en la constelación de Quilla y de 100 veces el tamaño del sol.
¡Pues bien señores! A partir de ahora Beta caroteno será un planeta que orbita dicha estrella y sus habitantes serán los betacarotoides, gentes de piel muy tersa y de cutis anaranjado que acostumbran comer zanahorias y calabazas, y para que estén en paz los vegetarianos, solo crían conejos como mascotas. Esperando no se desate una guerra entre nutricionistas y astrónomos o entre filólogos y vegetarianos, decreto un nuevo uso para esta espectacular palabra: ¡Beta caroteno!

Atarantia

Allá en los confines del universo conocido (o desconocido según sea el caso) según de donde vayas o vengas, y dependiendo naturalmente de cuanto conozcas del universo, allí se encuentra; “Atarantia”, en la constelación del Pavo o del ganso como suelen llamarla algunos ataratios.
Orbitando un agujero negro super-masivo se encuentra este singular planeta, con los seres más increíbles e inverosímiles que he encontrado en mi modesto recorrido por el cosmos.
A pesar de vivir al borde de este descomunal monstruo devorador de estrellas, los atarantaos viven como si su mundo fuese a durar para siempre. El deporte favorito de esta adorable gente es sin duda perder el tiempo, organizando verdaderos campeonatos a nivel planetario de su pasatiempo favorito.
Suelen tomarse el tiempo para llegar tarde a sus compromisos, sus transportes jamás salen a la hora y se mofan de quienes tienen la osadía de ser puntuales.
Los atarantaos cultivan la vanidad y la arrogancia como preciados dones que según ellos les fueron otorgados por algún creador cósmico, y agradecen el haber sido elegidos para ser ejemplo envidiable en el universo y en los multiversos cercanos, aunque en realidad la mayoría de seres de esta y otras galaxias apenas si conocen de su existencia, y los que la conocen evitan el contacto con ellos, por lo cual, si Atarantia esta de camino a su destino, intentaran dar largos rodeos.
Los atarantaos proyectan su existencia estéril para los próximos mil eones, cuando es probable que su mundo, así como toda la galaxia sea engullido por el agujero negro supe-masivo, a lo sumo en los próximos 10.000 años.

Buscaba un poema y me distrajo un asombra, pensé en salir a dar una vuelta en bicicleta por los anillos de Saturno pero no pude encontrar un traje de astronauta que dejé guardado hace tiempo en algún cajón que no recuerdo.
Miré al cielo y vi la luna mordida que se aprestaba a crecer, cogí la bicicleta y una libreta analógica sin conexión wi-fi, mientras pedaleaba sorteando las torres iluminadas y las explosiones de júbilo que olían a pólvora.
Seguí pensando en la sombra que me siguió todo el día, el poema se escapaba pedaleando delante de mí a toda prisa y no conseguí darle alcance hasta que me detuve en sus ojos.

Resonancias

Llegaste tan violentamente y de madrugada para acribillar mi descanso, que cuando pude zafarme, busqué la compañía de todo tipo de monstruos prehistóricos, aliens y parajes yermos en busca de la paz interior.
Me fui saltando entre planetas inhóspitos y explosiones de supernovas buscando un génesis que me alejara de ti, pero la resonancia del “big bang” rebotaba por toda la galaxia amenazando expandirse a otros multiversos
Esperando el descanso del séptimo día me detuve en el asteroide B 612 al tiempo que un pequeño príncipe se marchaba maldiciendo rosas. Me calcé unos ojos biónicos para escudriñar el espacio pero no encontré ni una mísera golondrina que me llevara de vuelta a casa.
Extenuado y confuso, saqué un viejo telescopio para buscar algún cometa en rumbo de colisión y agarrarme a su cola para así poder regresar a algún sitio en donde nunca antes hubiera estado más que el silencio.

Credulonia

Al centro de la galaxia del Borrego, se encuentra Credulonia, es un planeta árido pero cubierto de césped artificial rodeando sus ciudades. Los credulonios son dados a los mítines políticos y a las celebraciones, es más, nunca pierden, suelen hacer extrañas interpretaciones a los números para salir victoriosos de las derrotas.
Los credulonios sufren de un ligero grado de alzheimer, los gobernantes olvidan sus promesas y sus seguidores se olvidan de esto a su vez. Credulonia está dividido en muchas naciones, casi todas funcionan más o menos de la misma manera, suelen tener solamente dos agrupaciones políticas; el “Movimiento esperanza multi organizativo” o sea el M.E.M.O y la; “Liga de emprendedores luchando por el orden, o sea la; “L.E.L.O, aunque en cada una de ellas creen que son diferentes y especiales, a veces piensan de si mismo que son lo mejor del mundo y otras que son la peor mierda pero como tienen memoria corta, pronto se olvidan y vuelven a ser felices o infelices según sea el caso, costumbres ciertamente extrañas para cualquier extracredulonio.
Los credulonios buscan compulsivamente la felicidad mientras son infelices de una manera sufrida y práctica.