Vistas de página en total

sábado, 1 de noviembre de 2014

Camello



¡Maldita sea!
Baltazar perdió el camello y con escozor de nariz se fue arrastrando entre las dunas de cemento buscando un poco de muerte blanca.
¡Maldita sean las calles!
Plenas de puertas cerradas y bocas abiertas, plenas de bares abiertos y cabezas cerradas.
Trecientos sesenta grados para volver al punto de partida, trecientos sesenta horas para volver a la vida.
Sube y baja, baja y sube para volver a las nubes, para escapar de la muerte, para engañar a la suerte que ríe socarrona en las esquinas mugrientas.
Te vi en la ciudad desierta buscando un poco de furia, mascando la luna creciente que asesina al sol de tus días.
¡Maldita sea la noche que esconde la luz oscura!


¡Maldita sea la esquina por donde muerde la luna!

No hay comentarios:

Publicar un comentario