El lado oscuro de la luna
Le dije; ¿crees que voy a hacer un altar con tu recuerdo?
La luna llena mordió mis palabras, ella bajó la vista y
levantó la voz para exorcizar mi sentencia pero las cartas estaban echadas. Pregunté
a mi muerte por donde debía seguir y me dijo; ¡por donde quieras! Entonces pasé
por un costado de su llanto y del mío y
preparé una valija ligera.
Diciembre estaba a las puertas, los puentes de piedra
transitaban carruajes de calabazas y el aire invitaba al vuelo. Me desprendí de
medio siglo de silencios y grité con fuerza antes de emprender el vuelo hacia
el lado oscuro de la luna y me fui cantando esa vieja canción que siempre me desgarra el alma.
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