La calle está dura
¿Alguna vez te conté lo dura que está
la calle?
Pasó Kim jun un buscando”Euro-Disney”
mientras fumaba una bomba atómica y a cada paso que daba, Corea
estallaba en gritos de júbilo y grandes celebraciones, mas allá el
Dalai lama con su infinita paciencia portando un pasaporte de exilio
abusaba de la paciencia de los “ingenieros” que retorcían
estructuras metálicas para vender a los turistas.
Una corte de “latin-lovers”
elegantemente vestidos con esmokings del “Barça” se acariciaban
a tajos cerca de la “Fontaine de Beaubourg” y al otro lado un
yogui bramaba en sánscrito un incomprensible mantra que solo
interrumpía con un sorbo de cerveza para alcanzar la iluminación.
Paulatinamente las cucarachas volvían
a sus escondrijos nocturnos para escapar a las linternas policiales
que recorrían el fin de semana parisino. Me calcé mis zapatos de
desvanecerme y salté por sobre la cúpula que separaba al mundo de
la fauna parasitaria de aquel universo larval y me fui rengueando en
la noche usando un saxo a modo de bastón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario