Vistas de página en total

jueves, 7 de abril de 2016

La bitácora del capitán corneta


El capitán esperó mil eones a que pasara un cometa.
La soledad del espacio y su exilio en 10.000 planetas, le habían conferido una dimensión abismal del espacio-tiempo y habían templado su corazón y su alma como el duro titanio de Citrón 5 en Orión.
Ahora mas cerca del regreso, el capitán repasó sus notas y a cada aventura sobrevenía un espasmo entre las montañas de aquel asteroide reseco que orbitaba un gigante gaseoso cerca de las Pléyades.
Fue recordando los besos y abrazos de incontables mutantes, hembras formidables de todo tipo, de cuatro piernas, de seis ojos, de bocas suculentas y corazones tiernos.
Repasó los cielos multicolores, las resonancias magnéticas que vibraban entre los pronunciados cañones de Marte al son de su trompeta de uranio. Se estremeció de frío al evocar los glaciares de Europa y lloró de emoción al recordar los grandes volcanes de Ío.
Habiendo avistado el cometa, el capitán se agarró de su cola y emprendió el camino de regreso a casa.
Un universo infinito pasó a través de sus ojos en un viaje que pareció durar una eternidad.

Una vez traspasada la órbita de la luna, el capitán recordó que había dejado olvidado el cuaderno de bitácora en un viejo asteroide.. entonces pegó la vuelta y se fue en busca de sus recuerdos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario