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sábado, 16 de abril de 2016

Luna creciente

Por dos veces salí a buscar un abrazo con la guitarra en la mano, pero el abrazo andaba perdido entre los recuerdos y un dolor de muelas circunstancial que se instaló en su desgracia.
Mientras esperaba mi regreso del mundo, me sorprendió la noche cantando entre cervezas y risas.
La luna creciente de una ciudad menguante y repleta de gente, pasó de prisa por un costado del alma sin molestarse en oír mi voz
.
Las horas pasaron detrás de los minutos y yo pasé buscando mi sombra que para entonces escapaba cruzando el río entre la media noche y las soledades frecuentes.
Por dos veces salí a olvidar que no habían abrazos perdidos, amores caducos ni poesías pendientes después de echar el último trago.



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