Lagrimas del sol y lagrimas de la luna
Lagrimas del sol y lagrimas de la luna,
así llamaban los incas al oro y la plata. Estos metales cocinados
en las estrellas mucho antes del nacimiento del sistema solar y
sacados a la superficie de la tierra por el agua hirviente de la
actividad volcánica, fueron elementos rituales en la cultura de
muchos pueblos americanos, pero también fueron su perdición. La
avidez desmesurada que provocaba en los europeos sumada al empeño de
estos en conseguirlos con el sudor de la frente ajena, precipitaron
la caída de algunas de las mas grandes civilizaciones conocidas,
forjadas sin el uso de herramientas de hierro, sin animales de tiro y
sin el conocimiento de la rueda.
Se dice que con la plata sacada de
las minas de Potosí en Bolivia se hubiera podido construir un puente
entre América y Europa, sin embargo parece que en esa época no
existían los genios economistas, si no, les hubieran explicado la
ley de la oferta y la demanda. Fue tal la cantidad de plata con la
que España inundo el mercado, que finalmente perdió su valor. En
cuanto al oro, la mayor parte de el fue a parar a Inglaterra entre
otras cosas a causa de la piratería ejercida por
por piratas ingleses profesionales
llamados corsarios.
Hoy en día ex estados colonialistas
mantienen litigios con empresas buscadoras de tesoros por la
propiedad de los mismos en barcos hundidos y a nadie se le ocurre
devolver las lagrimas del sol y la luna extraídas de la tierra con
las lagrimas y el sudor de sus legítimos dueños.
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