El día después hubieron declaraciones
de amor y de odio. El “PEPA” (partido entreguista por
antonomasia) dio conferencias, los sibaritas felicitaron a los
nihilistas, los nihilistas a los sofistas y estos a su vez a los
nuevos conversos.
La bolsa subía y bajaba como un
“yo-yo” desenfrenado en tanto los mercados se arrancaban los
cabellos para luego hacerse costosos implantes.
La incertidumbre creciente coincidía
con la luna menguante mientras los soñadores tomaban ingentes
cantidades de cafeína para mantenerse despiertos,
Los muertos vivientes volvían a sus
sarcófagos, los fósiles a sus museos, y los insomnes a su eterna
añoranza de las pesadillas.
Dando mis maldiciones por cumplidas,
cerré la maleta y me fui al camino a esperar un viento del levante
que me llevara hacia el norte para olvidarme del mundo.
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