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miércoles, 15 de junio de 2016

Tripófanos y leucinas


No solo de pan vive el hombre, sino de toda sustancia que se descuelga en su justa medida de la pirámide alimenticia” -dijo un nutricionista (siglo IV antes de la balanza graduada)
Y así fue como naufragué en un río de ácido ascórbico entre un piélago de tocoferoles.
Bajé a las profundidades huyendo de un grupo de carbohidratos complejos y simples que disparaban su gluten a quemaropa.
Hube de batirme a muerte contra feroces triptófanos, leucinas y otros aminoácidos esenciales que me agredían a diestra y siniestra. Hasta que conseguí escabullirme a un oasis poblado de retinol y carotenos antioxidantes para reparar mi armadura oxidada, y continuar mi camino a casa sano y salvo.

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