Pasaron mil y un bichos presumiendo de
sábado emperifollados a mas no poder, sin saber que el domingo
aguardaba oculto en la próxima esquina.
Pasó una abeja asesina pidiéndole a
una vecina un poco de miel para el mal de amores
Pasaron dos caracoles seguidos de una
babosa , que “como quien no quiere la cosa”
andaba en busca de alguna concha.
Pasó una pulga con guitarra fumándose
una cigarra y al lado pasó una lombriz “tirándose” en la nariz
con un billete de a cien.
Había cincuenta cucarachas raquíticas
hablándole de política a una mosquita muerta detrás de la puerta
de un bar de mala muerte en donde paraba toda suerte de alimañas.
Había un ciempiés y una araña
consumiendo substancias en actitud sospechosa, y pasó una mariposa
sin saber que sucedía, ni porque la policía arrestó a los dos
sujetos.
Pasó una hormiga cargando comida para
el invierno y una chinche del gobierno le subió la tasa de
impuestos, pasaron otros insectos sin prestar mucha atención a toda esa
situación de injusticia laboral.
Había dos moscas tocándose en
actitud indecorosa y una Mantis religiosa se persignó diligente en
tanto le hinchaba el diente a la cabeza del prójimo.
Cansado de tanto bicho, alimaña y
sanguijuela, fui a buscar la callejuela que me sacara del sábado y
me llevara al remanso de un buen día de descanso antes de que llegue
el lunes.
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