Al principio estaba el silencio. Antes del milenio, mucho
antes de la casette y el CD, antes del USB.
Entonces apareció con un surco surcando la infancia y la
adolescencia. Como una galaxia oscura girando al compás de la vida con su
agujero negro en el centro.
Girando al compás de mis tiernas ilusiones y de mis falsas
tristezas, condicionado al sonido rasposo que marcaba el final de unas manos en
alguna cintura de muñeca esperando ansioso la promesa de un beso.
Entonces no te llamabas “Vinilo”, te llamabas sencillo o LP
y costabas las monedas de muchas mesadas,
Mucho antes del tiempo estabas tú girando alrededor de mi
tiempo como un “disco”