Había una vez un reino singular sin moral.
Cada noche buena la mala costumbre de hablar, de su rey.
Encendía un bostezo gigante a lo largo y ancho del reino
El viejo discurso con el transcurso del tiempo iba haciendo estallar los televisores.
Bostezaba el pueblo, bostezaba la corte, bostezaban duques y condes
Hasta que un buen día, cambiaron al rey.
Sacaron al viejo monarca amordazado por la puerta trasera para condenarlo al silencio real
Subió al trono su flamante sucesor, todo el mundo real aplaudió extasiado en un orgasmo imperial.
Esperaron impacientes la noche del 24 para descubrir con horror...... que habían cambiado al rey pero se habían olvidado de cambiar el discurso y volvió a caer un gran bostezo como la noche sobre el estúpido reino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario