¿Sabias que Lenin era de Iquitos?
Cuando se pone nervioso tartamudea en francés, va detrás de todas las chicas y de vez en cuando me pide que le traduzca su locura inocente al inglés.
A la primera cerveza sus ojos brillan, a la segunda comienza a otear el horizonte en busca de palomas, a la tercera se va detrás de una sueca, una italiana o una inglesa. A la cuarta se da cuenta de que todas están enamoradas de el, después de la quinta pierdo la cuenta y me escapo sigiloso por un costado de su delirio.
Así es Lenin Quispe, entre inocente y despistado, entre la selva y la estepa.
Llegó a Paris sin pasar por Lima, de vez en cuando me cambia el nombre y me vuelvo. « ey chile…chile »
Algunas veces me persigue para que le haga de escudero en sus imposibles conquistas mientras yo me escabullo a toda prisa cual Sancho panza hacia su ínsula.
Ahí va Lenin como un pescador condenado a tirar la red una y otra vez esperando su pesca milagrosa.
Seguramente se perderá al final de la noche por el barrio de « Belle ville » para terminar enamorando a una magdalena asiática por treinta denarios.
Lenin Quispe camina por el mundo victima de algún hechizo que le lanzara alguna sirena durante su desembarco en el caribe, entre Guadalupe y Martinica.
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