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domingo, 25 de enero de 2015
Cité
Tenía la noche su fauna de escarcha, tenía la marcha su ajuar de esperpentos
Sus golfos, guarrrillas, sus delirantes, sus Gnomos farsantes y pinganillas
Tenía una copa enorme y etílica, tenía una idílica fantasía
Tenía la tuya y tenía la mía.
Tenía la city su tos de motores, tenía sus amores de interrogantes
Tenía sus señores, sus atorrantes, sus imaginarios de antología
Sus puertas cerradas, sus callejones, sus traficantes de poesía
Tenía sus voces que maldecían.
Tenía el silencio su madrugada, tenía su espada cortando el tiempo
Tenía su momento de retirada, tenía sus alas de envergadura
Tenía sus caminos a la locura, tenia su cordura y su cobardía
Tenía el temor y la valentía.
Tenía su cara sonriente y amable, tenía su sable cargando a degüello
Tenía lo oscuro y tenía lo bello, tenía un espejo para mirarse
Tenía un reflejo para negarse y para volver cantando a la vida
Tenía la noche y tenía el día.
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