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domingo, 11 de enero de 2015

Desierto


Hace millones de lluvias y millones de arenas, estaba el silencio entre las piedras sedientas. A veces el viento barría sus tardes anaranjadas mientras el sol iba muriendo entre furiosos destellos sobre el universo ocre.
Entonces llegó la palabra bautizando el desierto y se hizo Pampa, chuska, Camiña, Putre y Cosapilla. Llegó el pie dejando su huella y la voz dejando su canto.
Llegó la mano esculpiendo la historia, y la memoria se hizo leyenda para que Tunupa y Viracocha tendieran su manto sobre las aguas del Pacifico Furioso y violento.

Hace millones de vientos la luna “Quilla” pintaba las noches de plata y obsidiana entre las dunas para despertar al silencio preparando la maravilla para el hombre mineral y asombrado, estupefacto y mudo como sus piedras.

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