¿Cómo vas a no estar? Si te percibo a la distancia de una lagrima tierna y nostálgica como el final de un domingo.
¿No sabes acaso que he dejado abierta la siesta para ver si
podía colarme en tu regazo?
No sabes lo difícil que resulta pararse de puntillas para
alcanzar el recuerdo de tu voz y robarte un pedacito de canto. No sabes lo
lejos que estoy a veces de mi, del quiosco de golosinas que hacías aparecen en
la esquina para aliviar mis temores, de la lluvia que olía kerosén y a baraja
española, de la certeza del mundo que caminaba agarrada a tus manos de
alquimista.
Entonces esperaba la
lluvia jugando con el silencio a cuatro bandas, a cuatro suspiros y a
cuatro puntos cardinales y todos apuntaban al norte.
¿Cómo vas a no estar? Si te percibo a la distancia de un cuento que no acaba de llamar
al sueño, a la distancia de una rosa que se marchitó y me deja en soledad
acariciando espinas.
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